Podemos entenderlo cuando una persona de la misma o mayor edad, los obliga a tener contacto sexual a través de caricias, besos o tocamientos; a ver y escuchar pornografía o exhibir los genitales y/o a manifestar cualquier comportamiento de tipo sexual.
Es una de las vulneraciones de los derechos más graves que pueden suceder y además, pone en evidencia que el entorno que debería haber sido protector ha fallado, y por eso es tan importante una actuación eficaz para prevenirlo o detectarlo cuanto antes.
Formas en las que se presenta:
- Actos desde bromas e insinuaciones de carácter sexual.
- Exhibicionismo.
- Voyerismo.
- Mostrar o realizar pornografía.
- Besos o caricias con connotaciones sexuales,
- Tocar sus genitales u otras partes de su cuerpo
- Tener contacto buco-genital del abusador(a) con la niña o el niño.
- Tocar los genitales del abusador(a).
El abusador se refugia en el secreto, que le protege y le permite repetir la misma actuación con otras niñas de su familia. Porque aunque sea descubierto por algún otro miembro de la unidad familiar, el hecho de hacerlo público es tan espantoso que generalmente callan para proteger la imagen de la familia. Esta ley del silencio agudiza los efectos y las consecuencias que la víctima sufrirá durante gran parte de su vida. Por eso es tan importante que hablemos de la existencia de los abusos sexuales y los reconozcamos como un problema social que hay que abordar.
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