Sin embargo, el problema es probablemente mucho más complejo de lo que parece, con factores biológicos, genéticos y medioambientales que, combinados en un momento concreto, desencadenan el desorden alimenticio, y el conjunto es algo muy difícil de controlar.
La anorexia y la bulimia son los trastornos alimenticios en niños y adolescentes más
8 señales que alertan sobre un trastorno alimenticio en niños
1- Pérdida de peso pronunciada y extraña. Obsesión extrema por el peso de otras personas, sobre todo por aquellas que tienen un peso normal, tratándolas de gordas, y rechazando la delgadez como un problema.
2- Cambio de hábitos alimentarios, desinterés por la comida en general o por algunas en particular, como los carbohidratos o las grasas. La desaparición de grandes cantidades de comida de la nevera puede alertarnos sobre una posible bulimia.
3- Evitan las horas de la comida, el sentarse a la mesa con el resto de la familia o simplemente el comer con otras personas. Si no hay nadie no tienen que disimular y pueden directamente no comer.
4- Las visitas frecuentes al baño, sobre todo tras las comidas y el uso de chicles o colutorios bucales de forma indiscriminada pueden relacionarse con la bulimia.
5- Cambio en la forma de vestir, utilizando ropas amplias para evitar enseñar la figura.
6- Opiniones extremas sobre las calorías, el peso o un especial interés que no existía con anterioridad sobre las dietas o hacer dieta. Dureza desproporcionada al opinar sobre el aspecto propio, viendo exceso de peso donde no lo hay.
7- Ejercicio en exceso, o un aumento del que se realizaba de forma habitual.
8- En el caso de la bulimia es fácil detectar marcas en las manos, los dedos o los nudillos al utilizar la mano para provocarse el vómito. También, pueden observarse falsas quejas de estreñimiento, en un intento de justificar el uso de laxantes.
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